(y a mi no me importa mucho que digamos)

miércoles, 29 de septiembre de 2010

CUENTA ROBLEDO

"Este año con el aguinaldo me compro el aire acondicionado... (me mira) ¡Ah! ya te conté ¿no? (no me lo contó pero hago que sí con la cabeza porque supongo que ya está todo dicho sobre el tema) Si, ya te lo conté, sobre todo para el verano ¿sabés? porque esos duplex son muy calurosos, le hicieron las camaras de aire demasiado grandes y se forma turbulencia y al final es como si nada, la única solución es llenarlos de agua para ahicar el espacio, libre, que tiene que ser entre 5 y 15 centímetros ¿me entendés? (hago que sí con la cabeza, lo entiendo clarito: está loco) Pero no quiero meterme a hacer eso porque a lo mejor la humedad le pasa al vecino de abajo y tengo lío y entonces me compro el aire acondicionado y chau. Porque así como me ves, tengo 61 años ¿sabías? (le digo que si con la cabeza) pero ando como un rifle (?) y anduve saliendo con una de 36 pero la tuve que dejar porque era muy escandalosa ¡pegaba cada gritos! y a mi me daba cosa por los vecinos ¿viste? porque hay que mantener el respeto, sinó se arma relajo. Ahora estoy saliendo con una de 31, tenés que verla (Robledo se muerde el labio inferior y acompaña su discurso con movimientos de las manos) ¡unas caderas! ¡unos pechos! además es alta como yo, morochona, preciosa; le faltan los dientes de acá (se señala los incisivos superiores) pero es muy limpita. Me había pedido el teléfono porque le gusté mucho, y le dí mi tarjetita ¡esta qué va a llamar! pensé, pero no, ¿vos sabés que me llamó? Mirá que no tengo plata, le dije enseguida, que me quedan quinientos pesos hasta fin de mes. Eso no importa, me gustás, me dijo. La conocí el otro domingo en el Parque Rivera, ella hace el yiro ahí. Me dijo si le parecía bien que fuera a las ocho, y le dije que no, que fuera a las nueve, porque si no empiezan con el chusmerío, ya sabés como son las viviendas. Y ayer vino ¿vos sabés? Una dulzura la piba, tuvo tres orgasmos preciosos, así, suavecitos, ahhhhhh ¿viste? No como la otra que despertaba a todo el barrio con cada gritos que no sabés. En fin, que hoy estás y mañana no estás, y la vida hay que vivirla. Mirá, yo vengo de una familia de longevos, mi abuelo murió a los cien años y mi viejo a los 90, y a los 78 años se casó con una mujer de 50 y después de que se murió ella me dijo que el viejo era un tigre, que tenía que hacerse la dormida porque sinó quería todos los días. Mirá, el domingo me invitó mi ex mujer a que fuera a almorzar con ella y mi hija y el esposo y mi nietita, porque cuando se juntan a veces me llaman. Yo siempre llevo algo, compro unos ravioles en la feria a 24 pesos el ciento, de pollo o de verdura, de verdura voy a llevar ¡no sabés lo rico que son! hacemos un tuco y ya está. Porque a mi me gusta mucho el tuco. ¿Sabés qué comí hoy? (Hago que no con la cabeza, hoy al mediodía había 28º de temperatura y 90% de humedad) ¡Polenta con tuco! ¡Me encanta la polenta con tuco! (me explica cómo la prepara, pero dejaré la receta para otra ocasión) Ah... No sabés. Por eso ahora no tengo frío (desde el mediodía hasta el momento de la conversación la temperatura descendió 18ª, ahora hay viento y llueve, Robledo está en mangas de camisa) vení, tocáme vas a ver que estoy calentito. Porque el frío es así. Yo trabajé años en una cámara frigorífica y nunca me enfermé, porque metía y metía y tengo el organismo curtido. Llenaba los carritos hasta arriba con las cajas de hamburguesas y meta y dale, mis compañeros me decían que no llevara tantas por viaje, pero yo no les hacía caso y seguía metiendo, hasta 12 cajas por viaje metía mientras ellos metían a lo más, ocho; y de algo me sirvió, porque cuando mandaron a la gente al seguro de paro, a mi me dejaron. ¿Viste? (Robledo mira hacia el muro de enfrente, tapizado con carteles de la 609, y señalándolo me dice sin interrupirse) ¿Viste que este año tapamos todos los muros, que no hay ninguna pintada de los colorados ni de los blancos? Cuando yo empecé a militar era así, yo militaba en la juventud comunista, ni siquiera votaba, pero andaba para arriba y para abajo. En aquella época no era el Frente Amplio, era la 1001, y me acuerdo que salíamos en camiones de la calle Sierra, pegatinas centrales, se llamaban, y tapábamos todos los muros. Porque yo viví todo aquello, pero acá que vas a contar, acá me cuido y busco la mía. (Dice Robledo mientras toma mate y mira la lluvia, y luego sigue, pero mejor sigue otro día).