Ayer en el ómnibus escuchaba a Berch Rupenián con su programa "Impactos". Ahora que no tiene radio por sus problemas con la ley, contrata un espacio en una radio que se llama... "¡La Ley!" (106.7). Parece joda ¿Es joda? ¿Fue a propósito que contrató el espacio en esa radio? ¿Fue para poder decir que ahora está "dentro" de la ley?
El asunto es que ahora Berch tiene su programita como antes y sigue haciendo fiestas como antes (¿también sobrefacturará como antes?), y la gente lo quiere, y los empresarios lo convocan, y aqui no ha pasado nada.
En esta postmodernidad, un "famoso" puede hacer cualquier cagada y si deja pasar un tiempito vuelve por sus fueros y aquí no ha pasado nada. No importa si Berch estafó al fisco, ni importa si Maradona se drogaba o se droga salado, o si Charly almorzó con Menem o si Chiquita Legrand alcahueteó siempre a los milicos, o si Susana compró un auto para lisiado, o si lava guita de la droga, o si Michel Jackson era un pederasta: todo se olvida, todo se perdona.
Todo se perdona al punto de que hoy mismo, en algunas listas del MPP podemos encontrar a ex colaboradores de la dictadura o a chantas y estafadores de baja estofa, y no pasa nada, todo está bien. Que Tabaré haya dejado meter en cana a "Los ocho del Cóndor" ha sido un aborto de la naturaleza, con el perdón de la palabra. Que Mujica esté hablando ahora de perdonarlos a cambio de información, ya suena más lógico.