(y a mi no me importa mucho que digamos)
miércoles, 9 de septiembre de 2009
LA PRINCIPAL VENTAJA DE LOS LIBROS DE PAPEL
"La simultaneidad con que suelen pasar los hechos le crea problemas al que los cuenta, que necesariamente debe ponerlos uno tras otro, uno primero y otro después. Si en la realidad pasaron al mismo tiempo, esta sucesión en el relato tiende a crear ideas falsas, y éstas a su vez pueden crear una atmósfera de improcedencia o absurdo, me temo que inevitable. Porque realmente los hechos pasan al mismo tiempo. Todo pasa al mismo tiempo, con un encarnizamiento que, si uno se pone a pensarlo, llama la atención. Y la paradoja es que todo pasa al mismo tiempo no para desmentir la historia sino para crearla."
La cita es el inicio del capítulo VI de la primera parte del libro de César Aira "Las aventuras de Barbaverde", del que tal vez comentaré algo más cuando lo termine de leer. Por el momento, viene al caso no sólo porque es una reflexión muy interesante y muy inteligente, sino porque me costó muchísimo trabajo mantener el libro abierto mientras la copiaba. "Si éste fuera un libro electrónico no tendría este problema", pensé mientras intentaba mantener el martillo arriba del libro, que insistía en moverse y hacerlo deslizarse como si tuviera vida propia y no quisiera que lo copiara (eso es algo que no ha de asombrar a los lectores de César Aira, que ya saben que de un libro suyo se puede esperar cualquier cosa, hasta que tenga vida propia, pero ya dije que eso será seguramente -"probablemente" sería un término más adecuado- tema de otra entrada).
Pero si "Las aventuras de Barbaverde" fuera un libro electrónico, yo no me animaría a andar con él por la calle, ni a sentarme en una plaza a leerlo, ni a hacer lo propio en el 329 cuando vuelvo del trabajo a las doce de la noche, porque a lo mejor alguien me lo manotea y sale corriendo, como le pasó a S. el otro domingo en la Plaza Zabala con la cámara de fotos.
Si "Las aventuras de Barbaverde" fuera un libro electrónico, a lo mejor el ladrón que se metió en mi apartamento la otra noche y se llevó mi billetera y mi walkman y mi cámara de fotos, también se lo hubiera llevado, y yo me hubiera quedado sin "Las aventuras de Barbaverde" y sin todos los otros libros que seguramente tendría en el aparatito.
En estos tiempos azarosos, la ventaja principal de los libros en papel es que a los ladrones no les interesan porque los ladrones no leen libros de papel (tengo cientos y el tipo no tocó ni uno, ni siquiera una revista tocó, nada), ellos sólo leen en los celulares o en los mp4 o en los televisores. Entonces, cuando me siento en la plaza 12 de octubre a esperar a S. o a B. leyendo un libro de papel y tomando mate manso, no tengo miedo alguno, y eso no se paga con nada...
Y la cita del principio también viene a cuento, porque así como las cosas pasan todas al mismo tiempo, el mundo es un lugar distinto para cada uno, según por donde le haya tocado vivir o andar. Seguro que hay quienes, en esta misma ciudad, pueden andar (y de hecho andan, yo los veo) con sus blueberries y sus laptops y sus notebooks tranquilos por la calle. Son otras calles, no éstas. Pero bueno, en fin, como digo siempre: "El capitalismo es así".