(y a mi no me importa mucho que digamos)

jueves, 14 de febrero de 2013

¿CONFIAR EN LA JUSTICIA? ¿LO QUÉ?

Es muy habitual escuchar a políticos, dirigentes sindicales, y figuras públicas en general, decir un día sí y otro también: "Yo confío en la Justicia," al referirse a alguna denuncia, proceso, o investigación en curso que los atañe directa o indirectamente. Pues bien, yo declaro públicamente que no confío en la Justicia. La acato, la respeto, sigo sus mandamientos, pero no confío en ella a priori. Y lo mismo digo de la Policía.

Podré sí, confiar en determinado juez, pero no en la justicia como un ente homogéneo, porque no lo es. Además las leyes no son fórmulas matemáticas. Desde el momento en que existe la posibilidad de "interpretarlas", están más cerca del arte que de la ciencia. Por eso acato y respeto, pero no confío.

La Policía y la Justicia son inevitables si aspiramos a vivir en una sociedad más o menos ordenada. Allí donde no existen, reina el caos y la ley del más fuerte, por eso es preferible que exista un cierto orden -aunque sea injusto- y ese orden se impone mediante la policía y la justicia. Quienes ejercen dichas potestades son seres humanos, y los seres humanos son falibles, por eso no se puede “confiar” a priori en las instituciones que integran.