(y a mi no me importa mucho que digamos)

viernes, 6 de mayo de 2011

ESTABA CANTADO, PERO A NADIE LE IMPORTA NADA

Para homenajear a José Germán Araújo, hace unos años, el programa Amargueando de Alberto Silva, plantó un Jacarandá y colocó una placa de bronce en una pequeña plazoleta ubicada en 18 de Julio y 8 de Octubre, frente al apartamento en el que el entonces periodista y luego político realizó una famosa huelga de hambre reclamando la reapertura de CX 30, la radio que dirigía y había sido clausurada por la Dictadura civil-militar.

Hace unos años, la Intendencia Montevideana construyó una plaza en homenaje a Araújo en la esquina de las calles Máximo Gómez y Vaz Ferreira (en Aires Puros, su barrio natal), y en lugar de mandar a hacer una placa nueva, no tuvo mejor idea que sacar la placa de marras de su lugar, e instalarla en la nueva plaza. Cuanto duró, no sé, pero pasó lo que era evidente que iba a pasar: ¡se la robaron!

Fue así que ahora, en lugar de tener una cosa bien, tenemos dos mal. En 18 de Julio y 8 de Octubre hay un árbol que nadie sabe que fue plantado en homenaje a Araújo (y el que por cierto nadie cuida), y en Máximo Gómez y Vaz Ferreira un monolito sin placa. ¿Vió como es verdad que a nadie le importa nada...