Los chinos, que eran muy asquerosos, echaron a los mongólicos de Gengis Kahn, los que corrieron a los hunos, quienes a su vez empujaron a los visigodos y a los otros godos arriba de los vándalos, que hicieron cualquier destrozo y se fueron arriba de los romanos, y ahí se armó la goda y se acabó la antigüedad de un día para otro.
Alarico (un tipo que -como su nombre lo indica- andaba siempre a los gritos) Primero, y Alarico después también (I y II), organizó a los godos pero al final se aburrió de tanto voulez vous de los romanos y se fue para España, que tenía mejor clima que Italia y estaba más cerca de África, que en aquella época era como la verdulería de Europa.
Mientras tanto, a Tila no se le ocurrió mejor idea que asolar otra vez de nuevo Roma, pero ahí apareció Juan Y y le paró el carro y Tila se quizo ir por donde había venido pero no pudo, porque por ahí no había pasto para sus caballos, y entonces tuvo que irse por el otro lado, y se agarró flor de malaria, que no solo andaba meado por los perros, sino principalmente picado por los mosquitos (a Tila no se le podía confiar el dinero porque era tan codicioso que siempre te lo jineteaba y al final vos perdías todo el interés en él).
Y así fue que se terminó la antigüedad y comenzó la edad de las medias tintas.