Cuando digo que la conservación del ambiente no es asunto que interese realmente ni a éste ni a ningún otro gobierno de éste o cualquier otro país, lo digo en base a cosas como ésta:
El Árbol de los Deseos de Coca-Cola inundará el cielo de esperanza
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo, la Intendencia de Montevideo, el Municipio B y el Grupo Centro
Coca-Cola inauguró el Árbol de los Deseos, una gran estructura transparente de 14,5 metros de altura que, instalada en la Plaza Cagancha, se llenará de globos de helio con los sueños y anhelos de todos los uruguayos para la próxima Navidad.
Divertidos duendes son los responsables de invitar a los transeúntes a participar del espíritu festivo, inflar un globo y dejar escrito en él un deseo que se unirá a muchos otros para llenar el árbol de esperanza e ilusión.
El jueves 23 de diciembre a las 20:00 horas, la copa del gran árbol se abrirá soltando los globos al cielo y buscando hacer realidad miles de deseos, en un acto que, cargado de simbolismo, apelará a la importancia de seguir los sueños, optimismo que desde siempre transmite Coca-Cola.
“Vamos a inundar el cielo de deseos, de pequeños y grandes deseos para el año que comienza”, expresó el gerente de Marketing de Montevideo Refrescos, Ignacio Arizaga. “El mejor regalo que podemos hacernos entre todos es compartir aquello que anhelamos y que nos unirá a todos en un mismo instante buscando tocar el cielo”.
El Árbol de los Deseos es una iniciativa de Montevideo Refrescos, embotellador de Coca-Cola en Uruguay, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo, la Intendencia Municipal de Montevideo, el Municipio B y el Grupo Centro, y espera la participación de todos los uruguayos.
“La Navidad es para Coca-Cola una oportunidad para compartir valores universales que, más allá de fronteras y religiones, nos identifican y nos encuentran con el otro”, expresó Arizaga. “Es por ello que decidimos poner en común nuestros sueños y llevarlos a todos lo más alto posible para celebrar juntos y unidos hacer la magia realidad”.
Dejando de lado la ramplona cursilería de la iniciativa y la estupidez rampante del texto promocional, resumo y explico para quien no lo vió: Coca-Cola instaló en la Plaza de Cagancha una casa y un gigantesco árbol hueco, descapotable, de acrílico, en el que se fueron guardando globos de papel metálico inflados con helio.
El 23 al atardecer, se abrió el vértice del árbol y los miles de globos que contenía fueron soltados al viento para que fueran a caer quien sabe donde. Que Coca-Cola cometa tamaño despropósito ambiental para hacer propaganda, no me extraña pues cosas peores ha hecho. Lo que no entiendo es qué cornos estaban haciendo ahí la Intendencia Montevideana, y el Ministerio de Turismo.