Desde estas páginas ya nos hemos ocupado varias veces de este asunto, de esta manía, esta enfermedad, que le ha venido a la Intendencia de Montevideo por poner la cartelería avisatoria a la altura de los ojos de la gente que vive más abajo que el promedio (ver "Carteles para petisos" y "Carteles para aviadores"), pero pensamos que en este caso se les ha ido la mano. El funcionario municipal al que consulté, me dijo que estos carteles son tan bajitos para que los niños puedan leerlos sin dificultad. ¡Hombre! Los niños los leerán sin dificultad, pero los demás tenemos que agacharnos... ¡Me caigo y no me levanto! ¿Adonde iremos a parar? ¡Habráse visto qué barbaridad!