(y a mi no me importa mucho que digamos)

lunes, 12 de abril de 2010

EL ÓMNIBUS COMO MÁQUINA DE PICAR CARNE

A NADIE LE IMPORTA NADA
EPISODIO LVIII
Sobran estudios que determinan que la del trabajador del transporte colectivo urbano es una actividad insalubre. Hace más de veinte años, a instancias de, y en colaboración con los sindicatos nucleados en la Federación Obrera del Transporte, diputados del Frente Amplio presentaron en el Parlamento un proyecto de Ley de Insalubridad para el sector que no tuvo andamiento ya que la mayoría de los legisladores (blancos y colorados ellos) no lo consideraron pertinente.

El 1º de Marzo de 2005 cambió la correlación de fuerzas en el Parlamento, y desde entonces hasta ahora se supone que se podrían contar con los votos necesarios como para votar esa ley y mejorar en algo la situación de los trabajadores en cuestión, o al menos permitirles jubilarse anticipadamente. Sin embargo, paradojalmente, ahora que estarían los votos, a los sindicatos dejó de interesarles aquella u otra ley de insalubridad, y el diario que habla del tema es el de la oposición.

¿Y por qué pasa esto? Pues porque la mayoría de los trabajadores del transporte, salvo algunos centenares en Cutcsa y Copsa, son propietarios de sus medios de producción (ya sea en forma cooperativa, ya sea en forma de sociedad anónima) y cualquier modificación del actual estado de cosas disminuiría su rentabilidad.

Por su parte, a la Intendencia lo que le interesa es mantener el boleto lo más barato posible, y eso también se da de bruces con la modificación del sistema. Cosa parecida sucede con el BPS, el que no tiene ningún interés en aumentar la cantidad de prestaciones que brinda. Puestas así las cosas, a los pocos trabajadores obreros del transporte que quedan, no les resta otra opción que joderse y tomar quina, puesto que sus sindicatos han perdido hace mucho tiempo la independencia de clase, para pasar a ser poleas de transmisión de las ideas del partido gobernante y recolectores de votos para su continuidad. Así nomás, le duela a quien le duela.

Mayoría de choferes y guardas con depresión
Viviana Ruggiero (El País)


Transporte. Estudio de Universidad señaló que 70% de los trabajadores tienen conflictos con los pasajeros y 62% sienten riesgo de contraer infecciones | Gremio de Cutcsa hizo planteo a la empresa

De 213 choferes y guardas de ómnibus 147 (69%) dice sufrir estrés y/o depresión. El 70% afirma tener conflictos con los pasajeros y el 65% asegura sentir riesgo de contraer infecciones, según un estudio realizado por la Facultad de Medicina.

El pasado jueves 4 de marzo la línea A de la empresa Cutcsa, que circula principalmente por las avenidas 18 de Julio y 8 de Octubre, realizó un paro de 9 horas para analizar medidas ante los constantes robos y agresiones que sufren los trabajadores en la Cruz de Carrasco. Sin embargo, las condiciones laborales de los transportistas y los problemas de salud que aquejan a un gran número de choferes y guardas terminó siendo uno de los tópicos centrales de la asamblea.

En esa reunión, el gremio decidió crear una comisión de salud laboral. "Generamos también una moción de sanción a la empresa por las malas condiciones de trabajo. No podemos seguir teniendo compañeros en el Banco de Seguros, tomando antidepresivos o con ataques de pánico", aseguró a El País Hugo Oertel director de la Unión de Trabajadores de Cutcsa (UTC).

INVESTIGACIÓN

El tema preocupa a la UTC desde hace unos cuantos años. De hecho, en 2009 se presentaron en el Departamento de Salud Ocupacional, de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República para plantear su problemática.

El Departamento efectuó una investigación que permitió determinar que la forma de trabajo de los transportistas produce "desgaste" en el colectivo. "El método de estudio utilizado para la investigación fue descriptivo transversal. Es decir, realizamos entrevistas para conocer la forma de trabajo y efectuamos un cuestionario individual y anónimo a 213 trabajadores. Básicamente indagaba sobre riesgos y daños percibidos", comentó a El País Nurit Stolovas, autora de la investigación junto al director del Departamento de Salud Ocupacional, Fernando Tomasina.

Según la percepción de los trabajadores, el principal factor que complica las condiciones de trabajo está relacionado a los conflictos que tienen con los pasajeros; 149 trabajadores (70%) mencionan el hecho en primer lugar y aseguran haber tenido discusiones con los usuarios.

La mala organización del trabajo, fundamentalmente en lo que refiere a la diagramación de horarios, es un factor que colabora para no tener buenas condiciones de trabajo según 130 encuestados (61%).

"La asignación de los horarios de trabajo es aleatoria, por tanto, impredecible. No existe la equidad y funciona como un premio o castigo para los trabajadores. Una forma de sanción por ejemplo es que se termine el turno a la 1:10 horas el día de descanso, perdiendo de esta manera 70 minutos del franco o la asignación de nocturnos en líneas de mucha intensidad de trabajo o de alto riesgo", asegura un documento redactado por la UTC al que tuvo acceso El País.

Los funcionarios consideran que la variabilidad de horarios les prohíbe crear hábitos de alimentación, descanso y trabajo. Además no les permite planificar actividades sociales, culturales, deportivas, entre otras.

El 69% de los encuestados (147 personas) afirman sufrir de estrés y/o depresión. También 69% dice soportar lesiones discales o en la columna vertebral y 64,7% (138 personas) padecen hipertensión arterial.

En tanto, 65% (138 empleados) dice estar en riesgo de contraer infecciones y 62,4% (133 funcionarios) asegura tener "una carga física estática inadecuada".

"La gran cantidad de pasajero que trasladamos en las unidades hace que estemos expuestos a microbios. Por eso tener resfrío, infecciones como por ejemplo conjuntivitis y hasta piojos es frecuente", asegura el documento redactado por la gremial.

Además, el informe agrega que los guardas y choferes de ómnibus tienen disminución de la audición.

"El ruido del motor y de la carrocería es permanente y a la larga eso nos perjudica. Los trabajadores del transporte somos personas que hablamos fuerte, porque normalmente debemos hablar por encima de ruidos. El motor encendido genera, también, constantes vibraciones que repercuten en el esqueleto de los trabajadores", afirman.

Otro de los problemas mencionados, es que "aspiran grandes cantidades de polvo que contiene partículas de combustibles y lubricantes" que pierden los ómnibus ya que la gran mayoría de los predios donde descansan los empleados son de tierra.

"Los baños de las terminales (cuando los hay) carecen de instalaciones y del aseo adecuado. Algunos ni siquiera son desagotados con la debida frecuencia", señala la UTC

Según el informe, tanto el chofer como el guarda giran la cabeza 1.000 veces por turno, "agrediendo" la columna vertebral. Además, accionan el embrague entre 2.000 y 3.000 veces, el freno entre 2.500 y 4.000 y abren/cierran las puertas alrededor de 1.400.

"A veces realizamos viajes de origen destino, por ejemplo recorrido 124 origen Santa Catalina y destino Santa Catalina. Si se nos agrega otra salida o un expreso llegamos a estar más de cinco horas sin ir al baño. Esto prueba la intensidad inhumana de los servicios asignados al personal y que traen como consecuencia: estrés, disminución del oído y vista, problemas de columna, hipertensión, migrañas, tendinitis, colesterol, problemas cardíacos, entre otros", afirman.

La cifra

61% De los trabajadores que fueron encuestados considera que la mala organización de las tareas los perjudica.