Yo no me pongo a hablar de Los Beatles todo lo que me gustaría porque no me da el tiempo. Pero si el tiempo me diera, si tuviera yo el tiempo necesario para eso, al fin de cuentas no valdría demasiado la pena porque ya hay muchísimo escrito sobre Los Beatles.
Pero ayer, luego de escuchar con el chofer el último disco de Joe Bonamassa (no me gustó, está demasiado elaborado, Joe agregó vientos y perdió el salvajismo que era su gala y además, el blues me gusta desnudo, para escuchar arreglos escucho a Brahms... y además escuchado todo de corrido quedaba un poco monótono,), en la radio pasaron "Nowhere Man" de John Lennon, y se me prendió una lamparita y le dije:
¿Ves? Uno de los secretos del éxito de Los Beatles es la variedad. De Help (1965) en adelante, exceptuando el rejunte del Let It Be (1970), cada disco es una pequeña joya perfectamente balanceada. Así como están las tontas, simples, y hermosas canciones de amor o los rocks salvajes de McCartney, también están las metafisiedades hinduístas de Harrison y los desgarros del alma de Lennon. Por eso los discos de Los Beatles no aburren ni saturan nunca. Además, los tipos cantaban los cuatro y eso también ayudaba; como intérpretes, el único que destacaba era Paul pero todos tocaban muy bien, y por si fuera poco George Martin les hacía unos arreglos de la gran siete.
Y eso me llevó a pensar que con esto de poder bajar canciones y no poder comprar discos, está cambiando otra vez la manera de escuchar la música. Desde la invención de la Victrola hasta la de los Long Plays, sólo existían los discos simples de dos canciones, o incluso de una sola (yo tengo varios de Caruso que son así). Cuando hacia los años 50 se universalizó el LP, los músicos comenzaron a componer tomando en cuenta eso. Los artistas comenzaron a ser concientes de que lo que estaban ofreciendo era una unidad y no sólo una colección.
Es que un grupo de canciones unidas, o sea yuxtapuestas, ordenadas de determinada manera una después de la otra, da una sensación distinta que el mismo grupo de canciones ordenadas de otra manera. El ejemplo más perfecto de esto que digo es El Club de Corazones Solitarios del Sargento Peppers (ya que estamos con los Beatles). ¿En cual otro orden podríamos poner esas canciones sin estropearlo todo?
Se me podrá decir: "pero eso ya sucedía antes con la música clásica". Y yo diré: "precisamente, todo va y viene", y no por casualidad el auge del LP en la música popular se dió con el Rock Sinfónico, con obras conceptuales de hasta 90 minutos de duración como Tommy o Historias de los Océanos Topográficos (por no abundar).
Pero bueno, ya está. Era eso lo que quería decir. No quiero que este block sea monotemático sino estereográfico, así que será hasta mañana. Buen día y mejor noche para todos.