(y a mi no me importa mucho que digamos)

domingo, 8 de noviembre de 2009

OIGA... ¿POR QUÉ ME GRITA?

El tipo quiere venderme franfrutes, pero en lugar de explicarme por qué los de Carlos Schneck son los más ricos, agarra y empieza a gritarme cosas sobre “mi país”, “nuestro Uruguay”, “nuestra gente”. Hace que canta, pero me grita con toda la garganta abierta. Me grita y me habla de la patria para venderme franfrutes uruguayos, como si yo pudiera comprar frankfurters importados...

Cuando lo veo venir, o me quito los auriculares o apago la radio y espero un ratito. ¡Que cosa con los publicitarios! Esto de mezclar a la patria con las mercancías me desconcierta. Lo mismo pasa con la yerba Canarias, a la que se anuncia como la uruguayísima yerba de “mi país”, siendo que al igual que el 99% de las yerbas que se venden acá, es brasilera (el otro 1% es argentina).

¿Por qué ese patriotismo publicitario? ¿Quien les dijo que eso funciona? ¿No se dan cuenta de que es ridículo? Pues no, la mayoría de los creativos publicitarios parecen creer que la gente es tonta, y que apelando a emociones básicas como el chauvinismo podrán lograr que el producto que auspician se venda más. Yo dejé de tomar yerba Canarias porque me cae muy fuerte, y lo mismo le ha sucedido a un montón de conocidos. Ahora tomo yerba Sara, que me cae mejor. Y la tomo a pesar de que su publicidad es también bastante tonta, aunque más amable ya que utiliza la vertiente humorística.

La mejor publicidad sigue siendo fabricar un buen producto, y fabricar un buen producto hasta resulta ser más barato que fabricar uno malo e intentar imponerlo con publicidad. La Compañía Industrial de Tabacos Monte-Paz no hizo propaganda de los cigarrillos Nevada durante décadas, y sin embargo era el cigarrillo más vendido en el país. ¿Por qué? Pues porque era un muy buen producto. En los últimos años eso ha cambiado.

Hoy los Nevada son la misma porquería que el resto de los cigarrillos de todo el mundo, llenos de productos químicos para hacerlos más adictivos. Entonces, como al bajar la calidad comenzaron a bajar las ventas, hasta que se prohibió la propaganda de cigarrillos, la de Nevada era omnipresente (sin dudas que el lector recuerda claramente ese largo y lujoso video con los principales músicos uruguayos cantando el himno de Nevada “Tal como sos”).

Millones de dólares invertidos en propaganda para convencernos de que un producto es bueno, en lugar de invertirlos para hacer un buen producto. Y bueno, el capitalismo es así... hay que convivir con la publicidad porque no hay forma de cambiar la superestructura si no se cambia la infraestructura. Eso sí, agradecería que al menos no me gritaran. ¿Entendió don Schneck? ¿O tengo que hablarle más fuerte?