(y a mi no me importa mucho que digamos)

miércoles, 21 de octubre de 2009

¿FIEL A SÍ MISMO? ¡ANDÁ!

El cartel en la parada del ómnibus muestra a tres tipos mirando a la cámara con cara de babosos y abajo dice: “Si se cortaba solo, la mina era de él. Si se cortaba solo no era él.” Unas fotos pestosas pegadas en una pared sin revocar sugieren que los tipos están en una especie de boliche, pub, dancing, o como se le llame a esos lugares donde los tipos van a levantar minas y las minas a dejarse levantar por los tipos (eso es lo que se creen los tipos, claro).

Abajo, con letra más chica, dice: “MacPay, fiel a sí mismo” (¿me puede explicar alguien como hay que hacer para ser infiel a uno mismo?), porque es una campaña del whisky estatal MacPay, que según entiendo, nos quiere decir que sigue siendo la misma porquería que siempre. Claro que el creativo que diseñó la campaña buscó dar a entender todo lo contrario. El problema es que el tipo sólo toma escocés y ni idea tiene de que el whisky MacPay siempre fue muy malo, así que si sigue siendo ser fiel a sí mismo, no gracias.

Yo, hace como 10 años que no tomo alcohol, pero hubiera esperado que el Mac Pay mejorara algo desde la privatizacion de la División Alcoholes de Ancap (hace precisamente 10 años), o desde su transformación en la Compañía Ancap de Bebidas y Alcoholes Sociedad Anónima en 2002, o desde su ampliación de atribuciones en octubre del año pasado.

Pero bueno, a lo que venía no era a cuestionar la incoherencia que significa que el Estado fabrique bebidas alcohólicas mientras nos dice lo malo que es beber alcohol, sino a sacarle el cuero al anuncio de marras, que es uno de toda una serie con el leit motiv “fiel a si mismo” en el que se presentan varias situaciones en las que por ser fiel a si mismo, alguien pierde un trabajo, o la riqueza, o el amor, como es este caso.

Para empezar, eso de llamar “minas” a las mujeres, te lo acepto nada más que en los tangos o en boca de gente que uno ya sabe que respeta a las mujeres y utiliza el término en forma poético metafórica, circunstancia que no es el caso si uno se va a guiar por las caras de esos tipos.

Después, eso de que “la mina era de él” suena asquerosa y repugnantemente machista, por decir poco. ¿Como que “la mina era de él”? ¿En donde está? ¿En un mercado de esclavas? ¿Quién te pensás que sos, belinún? ¿Todavía no te diste cuenta de que la que te elige a vos es ella? ¿Que son siempre ellas las que lo eligen a uno, pero que además nadie “es” de nadie? Vos confiáte nomás en que la “mina” es “tuya”, gil de goma. A ver, repetí conmigo: “¡Pepita! ¡Llegó el hombre de la casa!”. Si, te sale bárbaro, impecable. Andá, seguí, hacé el favor...

Pero releamos despacio la consigna, que la cosa puede ser peor: “Si se cortaba solo, la mina era de él. Si se cortaba solo no era él.” A ver: los tipos de la foto son tres y al parecer había una sola mujer y esa mujer gustaba del protagonista y el protagonista no quiso abandonar a sus amigos por ir tras ella... O el tipo es un estúpido, o la muchacha no le gustaba tanto, o esos tres son unos degenerados que están tramando una orgía o algo peor.

Porque ¿cómo que “si se cortaba solo no era él”? Yo cuando me enamoro tiro todo al diablo y salgo corriendo tras la-mujer-de-mis-sueños/el-amor-de-mi-vida, qué amigos ni que ocho cuartos... Los amigos siempre van a estar ahí, y si son realmente amigos van a entender, y al contrario, me van a incitar a que me vaya con ella, que ella a lo mejor se va ahora y no la vuelvo a encontrar nunca más en la vida (yo he perdido a varios amores de mi vida por no decidirme a bajar del ómnibus, o a volver sobre mis pasos, o a preguntarle la hora, por ejemplo).

Toda la serie puede ser cuestionada desde el punto de vista ético, moral, filosófico, o simplemente lógico, hay algunas piezas que vaya y pase (hay uno que se perdió un trabajo por no querer cortarse las rastas, otro que se perdió la empresa de su padre porque en lugar de estudiar lo mismo que su progenitor prefiere tatuarse el brazo y andar con el torso desnudo, y hay otros que no me acuerdo), pero ésta es realmente impresentable.

Este tipo de publicidad, que en lugar de hablar de la excelencia del producto que intenta vendernos lo asocia con bueyes perdidos que trae de los pelos (“Todo va mejor con Coca-Cola” es su paradigma) tiene un nombre, pero ahora no me acuerdo cual es. Acá, el asunto parece ser que para ser “fiel a uno mismo” hay que tomar el kerosén ese del whisky MacPay, del mismo modo en que para “ser como eras” tenías que fumar Nevada... Che: ¿no será la misma agencia? ¿una especializada en hacer publicidad de adicciones y que además tiene un creativo solo?