(y a mi no me importa mucho que digamos)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA CIUDAD

Entonces resulta que la ciudad es un organismo viviente. Y si sus calles son sus arterias, la red de Ose será sus venas, la red cloacal susistema linfático, y el colector su intestino grueso. Porque los parques y sus plazas y los árboles de las veredas son sus pulmones; y la city, es su corazón financiero.

¿Y cual es el higado de la ciudad? ¿Donde están sus riñones, sus gonadas? ¿La ciudad tiene gonadas? Pero además, como el artículo que la precede así lo indica, la ciudad es femenina, entonces ¿donde están los senos de la ciudad? ¿Son el Cerro y el Cerrito? ¿O la ciudad tiene un solo seno como las amazonas, y el Cerrito es algo así como su monte de Venus? ¿La ciudad está patas arriba? ¿La ciudad tiene las patas abiertas? ¿La ciudad tiene patas?

No, la ciudad no tiene patas ni un montón de cosas más que los organismos vivientes tienen. La ciudad es como un monstruo que Víctor Frankenstein no terminó de armar. La ciudad es ciega y sorda y bastante pizpireta. La ciudad no camina porque no tiene patas pero se arrastra como una ameba, extendiendo sus tentáculos aleatoriamente.

La ciudad esconde otras ciudades dentro de sí misma, como si fuera una cebolla. Uno la ve desde el avión y es preciosa, pero a medida que el aeroplano baja, ya no lo es tanto (la ciudad es más linda en verano, porque las hojas de los árboles esconden sus tumores).

¡Ay la ciudad! ¡Ay mi ciudad! Te quiero ¿sabés? Estoy enamorado de vos. Yo no me animaba a decírtelo en privado, pero en público si me animo. Te amo, loca, te amo así como sos, así como estás. ¿Ta? Un beso, hasta mañana.