
— Bueno, podría decirse que porque quiero imponer mi personalidad al mundo, o también podría decirse que quiero que la gente sepa que he vivido –todo depende del punto de vista y del estado de ánimo que tengas. Las dos cosas son verdad, creo. Pero yo pienso que la cualidad que hace a un hombre querer escribir y ser leído es esencialmente un deseo por la auto exposición y es masoquista. Como uno de esos muchachos que tienen la compulsión de sacar su cosa afuera y mostrarla en la calle. Stendhal entendió esto muy bien, y Dostoievski. Pero Tolstoi no opera de esa manera, y es por eso que pienso que es menos grande que esos otros dos. Debes querer realmente contar la verdad acerca de ti mismo (y no importa lo que cualquier escritor diga, cada personaje que se crea es parte de uno mismo, fantaseada o no fantaseada), y para hacer eso tienes que descender dentro de ti mismo y tratar de encontrar que es lo que te hace desear ciertas cosas y temer otras. Pero luego, escribir lo que has encontrado es esencialmente masoquista.
—En "Some Come Running" un personaje dice: “Me pregunto si alguien podría escribir un libro acerca de cómo la gente realmente es y que fuera lo suficientemente interesante como para que la gente lo leyera”…
—Siempre tuve la sensación de que cada personaje que creé fue convertido en un mejor ser humano de lo que habría realmente sido bajo cualesquieras circunstancias, o que sus modelos mas o menos cercanos en la vida real. Yo pienso que a la gente no le gustaría leer acerca de si misma o de otros tal como realmente son. Sería demasiado horroroso. Por lo tanto, tenemos que darnos un poco la sensación de que somos Seres Humanos con mayúsculas. Entonces hacemos eso, pero de tanto en tanto la verdad emerge para atormentarnos de ese limbo del que la hemos suprimido.
Tomado de Writers at Work, The Paris Review interwiews, third series (1967)