Como consecuencia de ello, quienes están lo suficientemente cerca como para poder ver la hora, no ven el reloj a no ser que inclinen su cabeza hacia atrás unos 30 o 40 grados, algo mucho más incómodo que mirarse el reloj pulsera, por ejemplo.
Por su parte, quienes están lo suficientemente lejos como para ver el reloj cómodamente, tampoco pueden ver la hora pues a pesar de tener un piso de alto, el reloj no tiene números sino unas rayitas desteñidas, y las agujas son hermosamente discretas.
La foto de la izquierda fue tomada a media cuadra del edificio, y ya ve usted que no puede ver la hora a no ser que agrande la foto.
Yo no es que sea muy vivo que digamos (eso está fuera de discusión, soy bastante boniato) pero el que decidió usar mi plata para poner ese reloj ahí, o es flor de zapallo, o fue a comisión... Le develo la incógnita de la hora porque como -además- el reloj no tiene números, hay que ampliar muchísimo la foto para darse cuenta de que eran las 15:25 (minuto más, minuto menos). ¡Ah! Esa rayita blanco azulada que se ve en el piso de abajo del reloj, es un cartel que dice "DGI".