(y a mi no me importa mucho que digamos)

martes, 31 de mayo de 2011

¡AL FIN!

No es que estos carteles de acrílico sean más bonitos que unas placas de bronce, pero ya era hora de que las autoridades se dieran cuenta de que -como en casi ningún lado hay vigilancia- los amigos de lo ajeno se roban todas las placas de bronce que pueden.
Por eso quiero felicitar a quien decidió usar acrílico para este monolito en homenaje a Clemente Estable que se halla en la entrada posterior del Jardín Botánico de Montevideo.
Seguramente que esos carteles no durarán hasta que termine esta Edad Media, pero al ser tan baratos, el día en que se deterioren, se mandan hacer unos nuevos y sanseacabó.

En este caso, pues, tengo que decir que A ALGUIEN LE IMPORTÓ ALGO, y eso alegra mi corazón, ya que es un signo de que no todo está perdido.