Bueno, sí, exageré, este no es un árbol, es un abusto, y los otros ni siquiera son arbustos, son yuyos. Pero ahí están los caracoles del baldío de la esquina de mi casa, tomando sol al mediodía del 10 de diciembre, con 35º de temperatura, lo más campantes... Yo me hacía a los caracoles bichos de la oscuridad y la humedad, una especie de vampiros vegetarianos que esperaban la noche para dar rienda suelta a sus instintos asesinos de plantitas. Y sin embargo, ahí los tenemos... ...lo más campantes, los tipos, al rayo del sol, con una calor y una resolana y una índice de radiación ultravioleta de la gran siete. Como si tal cosa, lo más panchos, sesteando al solcito... ¿Qué les está pasando a los caracoles del baldío de la esquina de mi casa? Durante todo el mes de noviembre intentaron vanamente cruzar la calle Santa María (ver entrada "El ataque de los caracoles asesinos"). Ahora escalan las plantas al rayo del sol... ¿Ya habrán mutado? ¿Serán estos los caracoles del futuro? ¿Serán los que resistirán la debacle ecológica, los tornados, los terremotos, los fuegos del apocalipsis, serán?