Los celestes son ciudadanos ilustres
Diario El País – Suplemento Ovación Digital
La Intendencia de Montevideo declaró "Ciudadanos Ilustres de Montevideo" a los jugadores y el cuerpo técnico de la selección, llegada ayer a la capital desde Sudáfrica.
La intendenta Ana Olivera consideró que la actuación del combinado "representó un orgullo para todo el pueblo uruguayo, habiéndonos demostrado y transmitido voluntad de trabajo, entrega, profesionalismo y lealtad. Contagiándose alegría y emoción, su desempeño nos hizo sentir identificados con nuestros jugadores, destacándose además que uno de los integrantes del plantel fuera distinguido con el Balón de Oro como mejor jugador del torneo".
La resolución firmada por la jerarca municipal agrega que "es ilusión de todos y cada uno de los uruguayos que este hito sea el inicio de una nueva etapa de éxitos, que abarque todas las disciplinas deportivas en que nuestro país participe, apostando al esfuerzo, la solidaridad y la humildad a que nuestros atletas nos tuvieran acostumbrados y que esta delegación renovara".
La intendente de Montevideo dice que los jugadores del Seleccionado de la Asociación Uruguaya de Football demostraron y transmitieron "voluntad de trabajo, entrega, profesionalismo y lealtad"... ¡y sí! ¿Cómo no iban a demostrar y transmitir eso con los millones que ganan?
Porque esos tipos no estaban haciendo eso por la patria o por alguna causa más o menos noble, no, ¡estaban trabajando! ¡Estaban aumentando su cotización en el mercado de "trata de blancos"! Lo que hicieron, lo hicieron por la plata, por el vil metal, qué celeste ni ocho cuartos...
Estaban ayudando a que la mafia ganara y lavara millones y millones de dólares, lo mismo que todas las grandes empresas multinacionales que auspiciaron el evento. Si son ejemplo de algo, son ejemplo de la codicia, pero bueno, no me hagan caso y aplaudan tranquilos, que yo soy un estúpido que por algo estoy donde estoy.
P.D.: Sería interesante que la intendente les pidiera a estos muchachos tan ejemplares que le interpretaran las hermosas canciones que cantaban en el avión de vuelta, por ejemplo la que hablaba de "la concha de la madre" de alguien o la que mandaba a no me acuerdo quién "a la puta que lo parió".
