(y a mi no me importa mucho que digamos)

domingo, 7 de febrero de 2010

ACERCA DE LA INMORTALIDAD

Ayer iba en el ómnibus pensando cómo ha de ser saberse metafóricamente inmortal, es decir saber que habrá miles o millones de personas que seguirán hablando de uno después de su muerte. Yo conozco a muchos inmortales, pero me da vergüenza preguntarles qué es lo que se siente, pues creo que ha de ser un pensamiento muy íntimo. Yo no sé, tal vez alguno de esos inmortales ya haya escrito algo sobre el asunto, pero en este momento no me acuerdo.

Claro que ser metafóricamente inmortal no significa nada más que eso, ya que hay tipos que han pasado a la historia pero por haber hecho muchísimo daño. Y claro que estamos otra vez de nuevo con Homero y la historia de Aquiles. Pero igual me conmueve eso de que alguien sea recordado en todo el mundo por los siglos de los siglos por las pinturas que pintó, los libros que escribió o las músicas que compuso. Ha de ser magnífico y enternecedor saber que uno no va a ser olvidado jamás. Hay veces en que me pongo muy triste por eso, ya que yo seré olvidado como la mayoría. ¡Me hubiera gustado tanto ser inmortal! Pero bueno, paciencia, no me dió la tela. Otra vez será, diría el budista. ¿No?