El lado bueno del asunto era que el tipo ya no tenía la obligación de sentarse frente a la computadora todos los días a leer los diarios, y a elegir noticias, y a escribir, y a opinar.
Entonces, va y se le ocurre abrir este blog y comprometerse íntima y públicamente a escribir algo todos los días. ¿En qué quedamos? ¿Vos decías que te sentías prisionero de esas obligaciones, y ahora que no las tenés elegís libremente meterte en otras?
¡Qué complicada y contradictoria es la mente humana en general y la mía en particular! ¿No? ¿Será que a uno lo asusta la libertad? ¿Será que es imprescindible sentirse regulado y condicionado para poder vivir tranquilo? ¿Será que la libertad total se parece demasiado a la nada y por eso da pavor? ¿Será que uno es masoquista y en el fondo lo último que quiere es vivir tranquilo?